La mujer de los gatos
Un escrito olvidado -Mi marido me engaña con una veinteañera -Suelto luego de contestar el teléfono al primer timbrazo. Era una tarde lluviosa a mediados de abril, excelente combinación para sobrevivir a una ruptura. Silencio. -¿Laura? ¿Estás segura? -me pregunta algo confundida. -Si, Sandra -contesto abatida- anoche me lo confesó. -¡Infeliz! Ya mismo subo al auto y voy para allá. Dos horas después sigo llorando envuelta en los brazos de mi mejor amiga, contando, entre sollozos, la noche más desastrosa de mi -ya no tan amorosa- vida. -Su secretaria -gimo- ¡Lo hizo con su secretaria! -digo ahora gritando y llorando al mismo tiempo- ¡Me enfurece que ni si quiera se haya esforzado! -suspiro- Me dejó por un maldito cliché de oficina. -Necesitás un gato -dice Sandra de repente, como si aquella fuera la mejor idea que alguna vez hubiese tenido. -¿Un gato? -pregunto confundida- ¿Cómo se supone que eso solucione algo? ¡No pienso convertirme en la mujer de los gatos! ...